REFLEXIONES DE UN DIA DE LLUVIA

Ya es el segundo día de este 2014 que hace poco que empezó... Deseo con todas mis fuerzas que sea un buen año, que nos traiga cosas bonitas y que nos deje disfrutar de la vida, pero sobre todo de vivir.
El 2013 se fue... y menos mal.
 Parecía un buen año, pero para despedirse, lo ha hecho para que no se nos olvide nunca.
A pesar de todo, me ha dado muchas lecciones, de las que he aprendido mucho, en tiempo récord y es de las pocas cosas que agradezco a este año.
Me enseñó que nunca debo dejar de luchar por conseguir mis sueños, porque éstos se harán realidad cuando menos te lo esperas. Conseguí por fin, y gracias a Dios, el puesto de trabajo que tanto quería, para lo que me formé durante años y por el que luché y sacrifiqué muchos momentos de mi vida.
Sentí por primera vez el latido de una personita que no tardará en llegar, sus primeros pasos de un baile desenfadado en mi interior, un corazoncito lleno de vida latiendo con fuerza y una unión infinita que marcará el resto de nuestros días; los míos y los de su papá, la persona más maravillosa que he conocido.
Este año volvió a demostrarme que quien está hoy a mi lado y junto a quien despierto cada día es la persona más increíble que conozco. Es esa mitad que me complementa, es mi calma, mi sosiego, mis ganas de todo... es mi marido, el papá de mi pequeño, en quien me hace sonreír por nada y al que le gusta enfadarme por todo... Es quien está en silencio, quien  me acompaña cuando estoy perdida, quien me apoya cuando me equivoco y quien me levanta cada vez que caigo...  Es mi refugio, mi vida, mi amor... mi todo.
Pero este año seguía dándome lecciones. La primera de ella es el valor de la familia, la que nunca falla, la que siempre está ahí, la que a pesar de todo y de todos siempre tiene la mano tendida, mi familia... mi tesoro, mi orgullo, mi pilar y a quien le debo el ser todo lo que hoy soy.
Mis amigos, mis amigas, también me han dado grandes lecciones, los de siempre, porque a pesar de los años, del paso del tiempo, de que nos veamos poco jamás jamás han faltado, ni en los momentos duros ni en los momentos felices. Esos son mis amigos y mi amigas, los de verdad, los que nunca fallan, los que siempre están, los que se alegran de que la vida te sonría y se entristecen tanto como tú cuando las cosas se ponen feas... Vosotr@s sabéis quienes sóis, y por ello cada día le doy gracias a la vida... mis amparos, mis compis de la facultad, las amigas de toda la vida, mis hermanitas de Málaga, de Mérida, de Huelva... GRACIAS.
Aunque también he sufrido decepciones, huídas inexplicables, heridas que aún escuecen, pero aquí estoy, siempre dispuesta a todo, perdonando y estando para cuando se me necesite, demostrando lo que para mi significa la amistad...  Y esta ha sido una lección de máster... Nunca abandones a los tuyos, ni a quienes te quieren por nuevas experiencias, porque no sabes cuándo los puedes volver a necesitar.
Y lo peor del año... la pérdida inexplicable de alguien a quien quieres con toda el alma, de quien aún tenía mucha vida que compartir y muchas sonrisas que regalar, la ausencia que no asumes y el vacío que sientes dentro cuando aún resuena su voz en tu cabeza... Allá donde esté, sé que estará bien, pero no se hace una idea de lo que la recordamos, de lo duro que está siendo todo y de lo difícil de entender que es... siempre nos dejan los buenos, y tú, te fuiste sin poder despedirte, te echamos de menos tita.
Por eso hay que intentar ser feliz, disfrutar de la vida, de los que nos rodean, de quien queremos y de quien nos quiere y también de aquellos que no lo hagan... regalar amor es precioso, porque le estás regalando vida, felicidad y alegría, que hoy en día nos hace tanta falta.

Es por todo esto que deseo con todas mis fuerzas que este año que ya ha empezado nos traiga muchas cositas lindas, que nos hagan sonreír, sentir paz, estar en calma y hacer del 2014 un buen año para todos y para todo.
Yo ya espero con impaciencia mi regalito, que estoy segura de que solo con su llegada, hará de la primavera de este año una de las más importantes y felices de mi vida.
 Que tengáis un FELIZ 2014 lleno de MAGIA
http://www.youtube.com/watch?v=gdSeVcFkzEw

Yo me denuncio...

Es tiempo de reflexión. Un año más nos encontramos en el punto de partida, en el comienzo, en el camino, y poco a poco en el principio del fin, que no será más que un nuevo comienzo.
Apartemos las tentaciones que este mundo, últimamente en lucha constante, en injusticias aceleradas, en miedos y desconciertos perennes en nuestras vidas, nos provocan contínuamente.

 En ocasiones no actuamos en consecuencia, y tras los actos, son éstas las que nos abofetean cada instante. Es tiempo de cambiar, de dar paso al amor, al abrazo del que sufre y a la paz del que lo recibe. En épocas difíciles amémonos, ayudemos, compartamos la vida, porque no hay regalo mas bello que VIVIR. Desde la libertad del hermano, pasando por la nuestra, es momento de escucharnos y sentir que juntos siempre podremos.

Allanemos, pues, los caminos del alma, los caminos del amor y de la fe. Una vez más obtenemos la oprtunidad de seguir caminando tras las pisadas que hace miles de años un loco enamorado de la vida, el amor y la justicia dejó a su paso.

Yo me denuncio ante tantas, tantas cosas... 

http://www.youtube.com/watch?v=qnKLhmvO49w

Los amantes del círculo polar...

 La nostalgia y el recuerdo siempre son fuente de inspiración... Los días grises te empujan a escapar mas allá de ti, más allá de todos, mas allá del miedo y mucho más allá de esperanza... Son momentos, de respirar, cerrar los ojos y sentir, mientras la banda sonora que decidiste para ese momento, por alguna razón desconocida, te cala hasta los huesos...

Despedidas

Las heridas tardan en cicatrizar. Es algo sabido por todos pero por muy pocos experimentado.
 La vida pasa, con sus circunstancias inalterables a la vida, ya que por muchas vueltas que pretendamos darle para que todo cambie, lo que ha de pasar pasará, antes o después.
Intentamos el olvido, que creemos conseguido, pero que nunca sucede, a pesar de los años siempre encuentras gestos, olores, lugares y momentos, que sin pedir permiso te llevan a dar una vuelta por el pasado, ese pasado que tanto duele, pero que tanto inspira.
Una inspiración que te lleva a escribir cosas como las que aún no me atrevo a expresar, por miedo, por no saber, o quizá, por no querer desprenderme definitivamente de tantos momentos de inspiración compartidos con nadie, más que conmigo misma.
Aún en silencio, a pesar del tiempo, sufres, el daño sigue pero la herida va cicatrizando poco a poco. En determinados momentos la rozas y duele, pero pasas tu mano con suavidad y el dolor se va calmando, y sigues adelante, sin pensar, intentando olvidar, y disfrutando de la nueva oportunidad que te ofrece el destino. Y lo consigues, pero no estás bien. Te sientes feliz, pero cuando te acarician notas la cicatriz, que no duele, pero que te acompaña siempre y sin querer te lleva donde te propusiste no volver.
Pero el destino es traicionero, la vida de vez en cuando da un giro de 360º que no esperabas, y de sopetón te encuentras al principio, pero ahora solo hay dolor, tristeza, pena... la añoranza ya no existe.
Entonces intentas seguir adelante, pero en compañía. Te acompañan recuerdos, momentos, situaciones dolorosas pero también bonitas, reencuentros...
Reencuentros que parecen positivos, pero que tras compartir apenas dos palabras cordiales todo vuelve a lo de entonces... Y esa no soy yo.
No soy aquella que los ojos de otros ven, no, soy la que yo veo y la que ven aquellos a los que quiero y me quieren.
No soy la que hace daño, pero sí la que si puede, calma el dolor, sin segundas intenciones, sin maldad.
No soy la que hicieron de mí, no soy la culpable de mis cicatrices, soy la que cura las heridas para poder seguir adelante, sin que dejen marca, sin que dejen huella.

Porque en ocasiones solo son necesarias dos palabras que desde hace tiempo esperabas para ver todo con claridad...
Y así despedirte, quedándote como recuerdo, su sonrisa.

Un año...

Un año.
Parece mucho tiempo,pero en una vida es como un segundo en el reloj...
Un año en que unimos los destinos de nuestras vidas, un año en el que hemos aprendido poco a poco, en el que nos encontrábamos a diario y a ratos nos retiramos en desencuentros.
Un año en el que no ha habido más refugio que tú, más calma que yo, más unión que la nuestra.
Un año que apenas puede expresarse en palabras, hoy nuestro ser habla por nosotros. Una búsqueda común de sentirnos uno, aunque a veces creamos que somos dos, y lo somos, somos tú y yo, somos nosotros.
Decidimos entregarnos mutuamente el amor, la fe, nuestra cordura y disfrutar siempre de las locuras de cada día, de los miedos a  lo desconocido, de la tranquilidad de saber que al final del día, tu mano agarrará la mía, y no habrá nada que temer.
Un año que agradezco a Dios haberme regalado, de compartirlo contigo, de ser la esposa de quien soy y de tener por marido a la persona que tengo.
Días de "no llegamos", "no tenemos", "no podemos" que nos han hecho crecer tanto, unirnos tanto que siempre hemos podido llegar allí donde, a pesar de las incógnitas, nos hemos propuesto. Pues bien sabíamos que " no os preocupéis por el mañana..."
Hace un año decidimos caminar juntos, buscar juntos, decidimos entregarnos juntos.
Un año despúes solo se me ocurre decir GRACIAS. Gracias a la vida por ponerte en mi camino, gracias por tus sonrisas, por nuestros desencuentros, por tu caricia en mi mano, por mirarme sin hablar y entenderlo todo. Gracias por cada día, gracias por ser mi compañero, mi amigo, mi amante. Gracias por ti.
Felicidades por el primer aniversario de tantos que están por venir.

Te quiero

¿Soy?

Ser. Verbo en infinitivo de la segunda conjugación. Fui, soy y seré. Siendo...
Verbo irregular, tan irregular como la vida.
 Es fácil hablar del verbo ser, aunque no es fácil realizar la acción.

Porque en mi debilidad, tú me haces fuerte.

Siempre buscando una inspiración incapaz de resurgir más allá del pasado y del dolor...
Con las manos frías me aventuro una vez más a mirar hacia dentro, a buscar el porqué de la vida y de cada circunstancia...
Yo también tengo miedo. Miedo a avanzar dejando atrás el último paso que di. Pero decidí una vez más soltar los hilos que me conducen hacia no sé dónde, aunque tampoco me importa, no es importante el dónde, lo importante es cuánto pase en el camino y qué quiero encontrar al llegar a mi destino.
Destino. Esa palabra que usamos con tanta frecuencia, que nos da tanto miedo, que nos preocupa más de lo que debería... El destino no es más que cada paso al caminar, cada flor que encontramos llena de color, esa piedra con la que tropezamos en el sendero. De ambas cosas, la más bella de todas es sin duda la piedra, la que nos hace sentir el dolor, la frustración, el miedo, la rabia, todo aquello que para seguir adelante debemos expresar, debemos superar, pero nunca esquivar. Y seguimos caminando, y recordamos esa piedra con ternura, pues a pesar del daño que pudo provocarnos en nuestro caminar constante, nos hizo aprender, nos hizo sentir.
Si no hemos experimentado el dolor, jamás seremos capaces de descubrir lo maravilloso del amor, si no nos hemos caído, jamás sentiremos la necesidad de levantarnos, si no hemos secado lágrimas; ¿cómo podremos disfrutar con cada sonrisa?
Nos aventuramos a despreciar la vida, inconscientemente, por una simple piedra o por la facilidad de caminar siempre en un terreno llano...
Es tan necesario el miedo como el olvido, son necesarias las lágrimas y las sonrisas, la noche y el día, lo blanco y lo negro, siempre sacando el lado más profundo y transparente de cada uno, pues sería imposible disfrutar de cada uno de ellos por separado, pues tan ligadas están la vida y la muerte, que morir en vida no nos dejará disfrutar de ninguna de ellas...

Entonces, si la vida es un camino lleno de flores, piedras, nubes, sol, tierra, agua, sentimientos, momentos, gente, alegría, tristeza, sonrisas, llantos, encuentros, despedidas,paz, amor... ¿Para qué llegar al final del sendero sin apenas habernos dado cuenta de que todos caminaban de la mano?